martes, 25 de mayo de 2010

Bicentenario y después… la unidad nacional


Los festejos del bicentenario de la patria dejaron en claro una serie de eventos que van más allá de las peleas partidarias, de las pequeña peleas internas de los partidos y de las provincias, dejó en claro que Argentina puede ser grande y va a convertirse en el eje de la unificación de Latinoamérica.



Más allá de los hombres y de los nombres, quedarán en los anales de la historia que el cumpleaños número 200 de la patria fue el acto popular más convocante de la historia, fue la representación de lo que el pueblo quiere y pide.
Personalidades del mundo vieron en Argentina el potencial que tenemos como país, ahora nos toca a nosotros darnos cuenta hacia donde queremos ir. Seis millones de personas demostraron que la patria se antepone a los intereses personales, políticos y empresariales, y hasta mediáticos.
Los presidentes latinos quedaron perplejos ante la demostración de patriotismo de nuestro pueblo.
Sostengo que Juan Manuel Urtubey sintetiza el pensamiento nacional, y lo digo porque 1.300.000 argentinos de este norte de la patria, en el 2007 ya dijeron lo mismo que mostraron seis millones de argentinos festejando el cumpleaños de la patria: “nada ni nadie podrá detener este cambio”. Seis millones de personas festejaron el cumpleaños de la patria sin peleas, sin incidentes, lo que nos dice que nuestros problemas se solucionan primero con la unidad nacional.
La sociedad demostró que luego de dos años de debate mediático entre oficialismo y oposición, lo único que le importa es la patria, dijo basta a la destrucción, dijo basta de peleas banales.
Hay que destacar que por primera vez en la historia de la república, en cualquier tipo de concentración popular, la marcha de San Lorenzo fue más vigorosa que la marcha peronista, que es otro indicio de la necedad de la unidad nacional, fue además la manifestación popular más multitudinaria de la historia de la patria.
La decisión que ha tomado el pueblo argentino indudablemente no vuelve atrás, y estoy absolutamente convencido de que la muestra de 7 presidente latinoamericanos caminando libremente y aplaudidos respetuosamente por un pueblo patriótico, a las 9 de la noche y en la ciudad de buenos aires es un hecho histórico que difícilmente se pueda dar en otro lugar de la tierra.
Urtubey sintetiza el pensamiento nacional, y no por la edad; sino por formación, por carrera política y por seguir fielmente la doctrina de la justicia social y de la unidad de los pueblos por sobre todas las cosas.
Los salteños, el 28 de octubre del 2007 gritaron la libertad del último bastión de la patria de la globalización y del neoliberalismo de los estado-empresa.
Decíamos y sostenemos que Salta somos todos, y los salteños así lo entendieron, y lo que estamos haciendo es dar el puntapié inicial para esta unidad nacional, que tanto se pregona y nosotros como sociedad mostramos.
Hoy como ayer, Salta tiene entre sus hombres a personajes vitales en la lucha por la unificación de la patria, nuestros hombres y mujeres del norte que lucharon por la patria y su independencia nos legaron una misión impostergable, que es la de lograr la unificación como país para poder ser el centro de la unificación de Latinoamérica toda.
Este crisol de razas que es Argentina le está demostrando el mundo que Latinoamérica unida puede más que cualquier potencia, pero para llegar a eso, insisto, debemos trabajar duro para ser un país unido, hermanado, donde nuestras discusiones no se centren solo en el hoy, ni en lo minúsculo, sino en nuestras necesidades para los próximos 10 años.
Las peleas por pequeños espacios de poder no deben distraernos de nuestros objetivos de grandeza. Los salteños tenemos la oportunidad de cambiar el país, pero lo vamos a lograr cuando como país le digamos basta a los personalismos, a la superestructura y a la ingeniería política.
Podemos aprender de nosotros mismos, y solo basta con trazar un paralelismo con la selección nacional de fútbol, esa única pasión que nos hermana más allá de los equipos, pero que logra que 40 millones de almas los alienten para seguir adelante, para obtener la gloria. Nuestra dirigencia debe ser ese equipo, único más allá de los partidos y nosotros, 40 millones de argentinos, debemos alentarla a seguir adelante para que Argentina vuelva a ser grande. Estoy convencido de que es Juan Manuel Urtubey el hombre que puede llevar adelante esta consigna.


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